Hay artes bien duras de aprender. Como el arte de empezar todo de nuevo.
De niños son castillos de arena. Rotos por una ola más fuerte de lo calculado o un hermano “simpático”. Conteniendo las emociones poco domesticadas de la infancia, tomamos palas y cubos para probarle al mundo nuestra perseverancia.
Después, empezar en un nuevo colegio, representando nuestras poses de adolescentes, aún sin forma definitiva. Empezar a conocer nuevas caras, que quizá veamos sólo un día o todos los días hasta siempre.
Y empezar a conocer nuevos cuerpos, que quizá sintamos por una noche, o por todas las noches hasta siempre.
Con el tiempo cada nuevo empezar se torna más difícil. De puñados de arena, pasamos a veces a tener que levantar toda una vida desde cero. Y un día algunos agarramos una maleta con cuatro pedazos de ropa y nos vamos medio mundo más abajo. A empezar de cero.
A veces agota este oficio, como Penélope, una y otra vez volviendo a bordar cada mañana lo que destejemos en la noche. Al final, no obstante, a la mayoría nos gusta haber dominado este arte. Esa habilidad, sea lo que sea que hagamos, de empezar de nuevo…
😉
El oficio de empezar de nuevo es fecundo de recuerdos y vivencias… y eso puede dejarnos agotados.
Hace 8 años paso algo y desde entonces he empezado de nuevo muchas veces (episodio con maleta incluido) pero nunca de 0.
Abrazos y animo primito… no se me haga pony!
mmmm, gracias por el animo primo, pero lo que tengo es precisamente el animo desbordado por nuevos empezares! soy un eterno reconstructor de castillos de arena, pk como tu dices, es un oficio fecundo de recuerdos y vivencias… 😉
Cada mañana es un nuevo comienzo y ese resetear que a veces parece agotador nos acerca a la esencia de aquel cazador primigenio que nunca sabia como seria su nueva cueva porque se habia salido de los senderos conocidos. Y se alegraba con cualquier fogata, que ya era suya.
Cansa, pero recompensa. Nunca se empieza de cero, que para evitar eso estan el cerebro, los recuerdos mas profundos y los telefonos de los amigos..animo…
Como dice el dicho: La vida es dura y luego..te mueres!!!
si tienes toda la razon en que nunca se empieza de cero…o casi nunca. y si que recompensa volver a empezar… 🙂
Repasa el famoso discurso de Steve Jobs en una universidad estadounidense (¿Princeton?).
Los inicios nos ofrecen siempre la oportunidad de desarrollar una parte de nuestra vida que habíamos postergado, disminuido, por ocuparnos de otras. Los comienzos también pueden convertirse en una trampa fatal, cuando ya no tenemos energías para encarar la pendiente.
No es tu caso. A medio mundo de distancia, pareces aún capaz de muchos primeros días.
cuando no tenga energias para encarar la pendiente, habre perdido las ganas de vivir. lo que me agobia a mi, a veces, es no tener pendientes que encarar 😉
Lo bueno de estar vivo es que se puede empezar cuantas veces uno quiera.
quien sabe, quiza despues de muerto tambien se pueda…jejeje
…y empezar es volver a vivir.
Haces bien vecino!!! alguien dijo alguna vez que empezar es la mitad de la tarea. Tenía razón.
Empezar es difícil pero es una oportunidad que hay que aprovechar. Cuando uno puede hacer las cosas desde el principio puede rectificar.